En días pasados, un compañero de estudios nos relató una anécdota que sirvió de inspiración para este artículo. A este joven profesional del diseño gráfico le encargaron una gigantografía con motivo de la inauguración de una tienda en un importante centro comercial. Por logística, la valla publicitaria se instalaría pocos minutos antes del evento. Cuenta nuestro amigo que al quitar el plástico que cubría su obra, casi se desmaya al ver la palabra BIENBENIDA, escrita indebidamente por la prisa conque hubo de hacer el trabajo.
Cada vez con más frecuencia observamos errores de tipografía y en muchos casos también graves errores ortográficos en material publicitario de diversa índole, y así como en periódicos y revistas. El mundo digital no se escapa de esta plaga de errores.
Errores ortográficos en nuestras publicaciones, además de distraer y molestar a nuestros lectores, nos hacen ver como profesionales descuidados, poco cultos y pueden terminar teniendo un efecto contraproducente en nuestra audiencia, produciendo rechazo en vez de seducir y convencer.
Compartimos con ustedes dos consejos sencillos, que aplicamos en Zona 3 Punto 0 para control de calidad de todos nuestros productos. Con un poco de disciplina, es factible reducir al mínimo esos «gazapos» que tanto daño nos pueden causar.
Acostúmbrese a usar el corrector de ortografía
En la mayoría de los procesadores de palabras, así como otros paquetes para realizar presentaciones y material gráfico, existen correctores de ortografía. Al final de cada trabajo, acostúmbrese a utilizar el corrector ortográfico. En Word, por ejemplo, lo encontrará bajo herramientas, en la opción de ortografía y gramática. En pocos minutos se puede revisar un documento, detectando palabras mal tipeadas, acentos faltantes y también problemas de redacción de otro tipo, como correspondencia de género, por ejemplo.
Pida a otro que lo revise
Con frecuencia, dedicamos largas horas a un trabajo y quedamos agotados al final de la jornada. Ese es el peor momento para hacer una revisión de estilo a nuestro material. Luego de haber leído un material varias veces, terminaremos saltando y pasando por alto alguna palabra mal escrita. Un compañero fresco, con pasión por los detalles, puede ser el aliado perfecto para dar una última lectura a nuestro escrito, siempre y cuando tenga la disposición a tomarse el tiempo necesario para hacerlo adecuadamente.
En nuestro caso, en los artículos que escribo la última revisión las hace Aura antes de publicar, mientras que a mi me toca la revisión de los que ella escribe. No se trata de procesos burocráticos, sino de mecanismos ágiles para control de calidad.
Como siempre, quedamos atentos a sus comentarios y sugerencias.
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