Recientemente, la estudiante de doctorado Denise Quendel escribió en el blog del World Economic Forum avances de su investigación sobre el impacto de la realidad virtual en el bienestar de las personas (artículo completo aquí). Sobre este tema trata este artículo.
La realidad virtual es un entorno de escenas u objetos de apariencia real. La acepción más común refiere a un entorno generado mediante tecnología informática, que crea en el usuario la sensación de estar inmerso en él (Wikipedia).
El número de usuarios activos de realidad virtual ha aumentado exponencialmente, según se muestra en esta gráfica preparada por Statista, llegando a superar la cifra de 150 millones en el 2018.
Quendel diseña entornos de realidad virtual bajo la dirección del Dr. Bernhard Riecke, en el Laboratorio iSpace de la Escuela de Artes Interactivas y Tecnología de la Universidad Simon Fraser. Ellos estudian cómo las personas interactúan con la tecnología.
Muchas personas hoy en día están familiarizadas con la realidad virtual de inmersión. Ésta es una plataforma multi-sensorial, altamente interactiva, que permite a las personas estar «presentes» en el entorno virtual, en la medida en que su cuerpo y mente creen que lo que está sucediendo es real. En otras palabras, se «engaña» al cerebro y se le hace pensar que está en un ambiente diferente al real. Para lograrlo se activan los sentidos, utilizando imágenes, audio, tacto e incluso aromas, para ayudar al participante a involucrarse emocionalmente. Cada uno de nuestros sentidos influye en nuestra percepción y cognición, y el cerebro utiliza estos sentidos para formar un modelo confiable en el que basamos nuestras decisiones, emociones y comportamiento.
Mientras están inmersas en ambientes virtuales, las personas pueden llorar, abrazarse, bailar y hasta meditar. Los resultados de la investigación de Quendel han mostrado que estas experiencias de realidad virtual pueden ser profundamente positivas en las personas y pueden aumentar sus conexiones sociales.
Otras investigaciones han demostrado que la realidad virtual puede ayudar a fomentar actitudes y comportamientos pro-sociales, así como comportamientos pro-ambientalistas. Por ejemplo, puede ayudar a los estudiantes de medicina a comprender la experiencia vivida por sus pacientes. Y puede facilitar cambios de perspectiva.
Algunas personas siguen manteniendo la idea que la realidad virtual es una actividad individual aislada y hasta tonta, pero en realidad puede unir a las personas, independientemente de dónde se encuentren en el planeta.
Esperamos que el tema les haya resultado interesante. Recuerden, que si requieren ayuda u orientación sobre este tópico u otros relacionados con el mundo de las redes sociales pueden escribirnos a contacto@zona3punto0.com, usar los espacios destinados para tal fin al final de este blog o por las redes sociales.
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