Con frecuencia vemos artículos sobre la carrera tecnológica desatada para desarrollar vehículos sin tripulantes. Desde Uber hasta Apple, pasando por empresas suplidoras de energía, todas tienen interés en posicionarse ventajosamente en el atractivo mercado de los vehículos controlados a distancia. ¿Cómo será el mundo en unos años, con estos vehículos sin conductores? Sobre este interesante tema disertamos esta semana.
El reporte Transportation 2050, The Future of Personal Mobility realizado por el Grupo Delphi en colaboración con Ideafarms, nos da varias claves sobre los cambios que pueden materializarse en 30 años.
De acuerdo a este estudio, en EEUU la flota automotriz, actualmente unos 242 millones de vehículos, se reducirá en 85%, quedando en apenas 33 millones de unidades en 2050.
La clave para este cambio monumental: la utilización. Los vehículos en 2050 funcionarán 23 horas al día, sin conductores, sin accidentes ni las ineficiencias que plagan hoy en día la flota automotriz de EEUU y el resto del mundo.
Los impactos serán extraordinarios:
- Menos consumo de petróleo: el sector transporte es responsable de más del 30% del consumo de petróleo en el mundo.
- Menos contaminación.
- Menos congestión vehicular.
- Menos accidentes y muertes (un millón de personas mueren anualmente en el mundo debido a accidentes de tránsito).
- Menos gastos médicos (lesionados).
- Menos gastos en reparación de vehículos e infraestructuras dañadas.
En 3o años la gente dejará de ser propietaria de un vehículo, a cambio de un servicio de movilidad tipo «Uber», a requerimiento. No todos serán felices con estos cambios. Algunos de los «perdedores» en este nuevo escenario:
- Empresas de seguros
- Bancos
- Ensambladoras de vehículos
- Trabajadores de la industria automotriz
No todos los países se comportarán de acuerdo a este patrón en este período de tiempo, pero seguramente los principales países desarrollados tendrán un comportamiento parecido.
Cambios disruptivos de este tipo abundarán, algunos incluso con horizontes de tiempo más cortos. Nos toca a todos pensar en que parte de la ola queremos (o podemos) estar, tanto a nivel individual como colectivo.
Deja un comentario